Micosis, vaginosis o cistitis…Los trastornos urogenitales causados por un desequilibrio de la microbiota vaginal son numerosos. La microbiota vaginal, compuesta esencialmente de bacterias lácticas que tapizan las paredes vaginales y crean una capa protectora, desempeña un papel importante para la salud.
Una relación estrecha entre microbiota vaginal y microbiota intestinal
El reservorio natural de los lactobacilos vaginales es el intestino. Gracias a la capa hidrolipídica que recubre la superficie cutánea, las bacterias pasan del año a la vagina a través del periné y la vulva. Así pues, la microbiota vaginal «hereda» cierto número de bacterias de la microbiota intestinal.
Por eso, es importante no solamente preservar o restablecer el equilibrio de la microbiota vaginal, sino también el de la microbiota intestinal, pues las dos están estrechemanete relacionadas.
Factores que favorecen el desarrollo de una candidiasis
Factores locales:
- Humedad, maceración (contactos, repetidos con el agua, oclusión, transpiración, obesidad…)
- Ph ácido (jabón ácido, perfume)
- Irritaciones crónicas
Factores generales:
- Desequilibrio de la microbiota
- Embarazo
- Carencias (vitaminas A, hierro)
- Enfermedades inflamatorias intestinales.
- Antibióticos, sobre todo de largo espectro
- Estrés
- Tabaquismo
Consejos para el bienestar íntimo:
- Complementar las microbiotas con cepas adaptadas
- Adaptar la alimentación
- Beber al menos 8 vasos de agua al día.
- Comer alimentos ricos en fibra regularmente para evitar el estreñimiento.
- Adaptar la higiene íntima.
- No alargar las pausas para ir al baño.
- Orinar tras las relaciones sexuales.
- Limpiar la vulva una vez por día con un producto neutro o alcalino según tu problemática.
- Evitar las duchas vaginales
- Durante la menstruación, cambiar la protección cada 4 horas.
- Adaptar la ropa
- No llevar pantalones muy ajustados cuando hace mucho calor
- Evitar llevar el traje de baño mojado durante mucho tiempo.